La ciencia aplicada emplea y adapta la metodología de la ciencia pura para transformar un objeto en función de un sistema de valores. El conocimiento no es un fin en sí mismo, sino un medio que se pone en practica para satisfacer un valor. El valor que es la variable determinante resulta de una elección ética, ideológica, o política pero sin duda extracientifica. Este valor será el criterio de éxito o fracaso de cualquier intervención. Consiguientemente podrá llevar a resultados opuestos como consecuencia de la intervención De ahí la necesaria obligación de las ciencias aplicadas, como la ergonomía, de definir de forma publica sus objetivos.
La Ergonomía estudia el trabajo, el puesto de trabajo o el equivalente desde la ingeniería del factor humano. La complejidad de este objeto de estudio obliga a que nuestra disciplina se vaya conformando desde aportes multidisciplinares. Así, las maquinas y las tecnologías surgen de los conocimientos de los que dispone la ingeniería, muchos de los cuales son el resultado de las investigaciones de las ciencias llamadas técnicas o “duras”. Sin embargo, en la actividad productiva, la transformación de la materia prima, el mantenimiento de los equipos y la supervisión y control de los procesos es llevada a cabo por seres humanos. Estos han de estudiarse desde aproximaciones científicas que no pueden ser idénticas a las utilizadas para estudiar los elementos materiales que manejan, siendo fundamentales los avances de las ciencias que permiten explicar el comportamiento humano (Wisner, 1995). Estos pueden ser aplicados en la industria para obtener la máxima eficacia y fiabilidad del sistema y la mayor adaptabilidad a los operadores. La diferenciación entre ciencias puras y aplicadas no es tan cotidiana como las diferencias entre el ergónomo científico y académico con el practico: prevencionista o consultor.
Existe una gran diversidad de intervenciones practicas relacionadas con la Ergonomía o como dice Lamonde (2000) ¿ Quien, porque y para que llama al ergónomo?. Las intervenciones internas o externas están ligadas a múltiples variables: los argumentos y la experiencia del ergónomo (Villena, 2001), la formación, posición del ergónomo en el organigrama de la empresa, percepción que la gerencia tenga de la disciplina, etc., Consiguientemente, coexisten entre los ergónomos, formas diferentes de abordar los problemas de salud laboral presentes en el trabajo. En nuestra opinión, esta disparidad se debe en gran medida a las dos siguientes razones:
Los ergónomos no disponen aún de un estatus sociolaboral de la profesión como los ingenieros o los médicos. Se accede a los títulos de especialista sin recibir una formación rigurosa o bien mediante postgrados o doctorados que orientan sesgadamente la acción. A modo de ejemplo, en España la mayor parte de los ergónomos aplicados al campo de la seguridad y la salud en el trabajo se forman en la especialidad de acuerdo con el programa formativo del RD 39/1997 y según las distintas modalidades que posibilita la normativa (presencial, semipresencial y distancia). La pretensión de formar a un verdadero especialista en el heterogéneo ámbito laboral, mas allá del determinista enfoque preventivo, debe conducir al objetivo de crear la licenciatura en Ergonomía desde la unión de los Centros y Departamentos Universitarios que sustentan el carácter multidisciplinar de esta ciencia. Las dificultades de colaboración entre Departamentos (Psicología, Ingeniería, Medicina, Organización de Empresas, etc.) independientes o que se dan la espalda, debería superarse a partir del proyecto de construcción en común de una titulación universitaria. Un modelo valido podría ser la Licenciatura de Ergonomía en la Universidad Técnica de Lisboa que se creó en 1988. Cuando la Ergonomía es una asignatura presente en los planes de estudio de algunas carreras (Psicología, Sociología, Ingeniería, Ciencias de la Salud) su programa está orientado desde el marco de la “facultad” e impartida en muchas ocasiones por quienes jamás han tenido contacto con el mundo “real” del trabajo, con una base de ciencia “pura”, teórica y científica pero sin referencias sobre los problemas que plantea su aplicabilidad en la actividad productiva. Las distancias existentes entre las aulas universitarias y los centros productivos resulta manifiesta en la forma de enfocar esta disciplina, a lo que contribuye igualmente la practica ausencia de la investigación en materia de prevención de riesgos laborales. Así, en el campo aplicado la fiabilidad de la medida es menos importante que la pertinencia de la misma y tomar “medidas” en el sentido de acciones de mejora mas eficaz que el puro hecho de medir.
Las dos corrientes de la Ergonomía han contribuido igualmente a orientar las distintas practicas profesionales. La anglosajona (Human Factor) se centra en el usuario y prioriza el diseño del puesto de trabajo que va a determinar la actividad que se va a realizar; la corriente latina se dirige al trabajador y a sus condiciones de trabajo, protegiendo la salud desde la anticipada consideración de la actividad como elemento clave que determinará el diseño del puesto. Las practicas profesionales y las intervenciones combinan ambas orientaciones recurriendo a las normas ergonómicas que deben guiar los procesos de concepción tal como por ejemplo la norma UNE-EN 614: Seguridad de las máquinas. Principios de diseño ergonómico. o al análisis casi antropológico de la actividad real de trabajo por el operador y los efectos que tiene sobre la productividad, la calidad y la salud en el trabajo. Nuestra experiencia profesional en ACERALIA ha contemplado desde un primer momento la pertinencia de cada una según las demandas, así como también la complementariedad de ambas orientaciones, con casos que favorecen una influencia mutua.
En el análisis de contenido realizado sobre los servicios ofertados por los consultores de ergonomía y las asociaciones profesionales de ergónomos se encuentra una enorme variedad de campos de aplicación y de ocupación, lo cual podría llevar a hablar de “Ergonomías” (Montmollin, 1995) más que de “Ergonomía” en singular. Sin embargo, las diferencias de marcos teóricos, metodológicas y conceptuales no constituyen un obstáculo que impida evidenciar lo común: servir al hombre desde el diseño, la adecuación, la corrección o la reclamación de lo comprendido en el marco socio-técnico de la actividad humana. Estos campos de aplicación, que pueden ser agrupados desde diferentes criterios, serían:
- Diseño: usos múltiples y discapacidad
* Aplicaciones antropométricas y biomecánicas
* Diseños y accesos para discapacitados
* Usabilidad. Intervenciones y evaluación
* Simulación. Desarrollo de simuladores y prototipos.
* Diseño, selección y ubicación de los dispositivos de presentación de la información y controles
* Diseño de las salas de control y pupitres.
- Ergonomía y ofimática
* Diseño y desarrollo del software;
* Diseño de espacio de trabajo y mobiliario
* Diseño y disposición de las PDVs y de los periféricos
* Síndrome del edificio enfermo.
* Condiciones ambientales y efectos
* Ergoacústica. Ruido y señales acústicas, inteligibilidad
* Ambientes climáticos;
* Investigaciones de peritos. Análisis del trabajo y discapacidad
* Ergonomía forense. Reconstrucción de accidentes
* Recargo de prestaciones y compensaciones por accidentes y daños.
* Responsabilidad productos no ergonómicos. Causalidad de las lesiones
* Error y fiabilidad humana. Análisis del error
* Intervención sobre los factores humanos
* Integración de los factores humanos en seguridad de los sistemas. Evaluación de la fiabilidad.
* Investigación de mercados/usuarios
* Equipos médicos: laboratorios, dentistas, cirujanos;
* Diseño y especificaciones para mobiliario, accesorios, instrumental
* Manual de instrucciones del producto
* Equipos de protección personal
* Exigencias y guías para el consumidor
* Vehículos y ergonomía del transporte
* Política y práctica ergonómica.
Resultan evidentes las organizaciones y empresas donde se pueden ejercer estos diferentes campos de aplicación. Es en el ámbito más popular de la práctica, ligada a seguridad y salud en el trabajo, donde se hallan los organismos en los cuales se puede ejercer la profesión con mayor implicación y siempre buscando la clave de la prevención: el factor humano y la gestión de los recursos humanos; estos especialistas pueden practicar la ergonomía aplicada de “verdad” en diferentes y concretas corporaciones:
* Entidades externas y empresas privada de prevención de riesgos laborales
* Ejercicio libre de la profesión como peritos, consultores o asesores.
* En las grandes empresas públicas o privadas, en los Servicios de Prevención o en otras áreas de Recursos Humanos: Formación, Gestión de Personal, etc. En producción centrados en la concepción de los sistemas de trabajo y la organización de la producción o en el diseño de productos.
* En organismos públicos o asociaciones donde realizan estudios e investigaciones.
* En equipos de trabajo con otros profesionales ocupados en el ámbito de las condiciones de trabajo, de la medicina del trabajo, la seguridad, la fiabilidad, etc.
El trabajo del ergónomo como perito-experto es cada vez más importante. La normativa en prevención de riesgos laborales genera multitud de obligaciones de difícil cumplimiento si la prevención queda relegada a un papel marginal, por el contrario, tales obligaciones se vuelven inapreciables están insertas dentro de las funciones y del propio proceso productivo.
Los dictámenes e informes periciales en ergonomía constituyen un elemento fundamental en los procesos de reconocimiento de incapacidad laboral, así como en la evaluación de la actividad de trabajo (del trabajo real, tal como el hombre lo lleva a cabo en unas particulares condiciones laborales), etc. Frente a la tarea (el trabajo prescrito o lo que el hombre debe hacer) formalizada desde el análisis por la descripción del puesto de trabajo o la profesiografía entendida como variables que ha de poseer un trabajador real o potencial para desempeñar satisfactoriamente y con un rendimiento medio un puesto de trabajo, se analiza y muestra la realidad de la actividad, real y no formalizada de un particular trabajador con sus específicas características (antropométricas, fisiológicas, psicológicas, etc.) puestas en relación con el medio laboral y unas especiales condiciones de trabajo (ambiente físico, útiles, tiempo de trabajo, etc.). El ergónomo considera estos elementos cuando tiene que realizar su informe y dictamen, empleando para ello una metodología que conlleva necesariamente el análisis del trabajo real para un trabajador concreto. Este análisis requiere un profundo conocimiento de ese proceso de trabajo; las variables que afectan al trabajador con especial atención a las patologías o limitaciones físicas reconocidas y desencadenantes de la iniciación del proceso de incapacidad; el inventario de los equipos de trabajo, productos, herramientas, etc. que ese trabajador emplea para desempeñar sus funciones habituales; la observación directa de las conductas, gestos, posturas, etc. que el trabajador debe realizar para hacer frente a las exigencias del trabajo; también cualquier otros elementos, situaciones o circunstancias que contribuyan a que el informe pericial conteniendo los elementos icónicos comprensivos de lo analizado sea una especie de construcción documental que represente fielmente el puesto de trabajo.
En los casos de accidentes de trabajo y ante la solicitud de recargo de las prestaciones de la Seguridad Social por incumplimiento de las medidas preventivas, el informe ergonómico comprende la reconstrucción del accidente y el análisis de los fallos preventivos que han contribuido al mismo. El análisis de los incumplimientos en materia de prevención de riesgos y el reconocimiento de la multicausalidad del accidente debe llevar a mostrar la verdadera causa que lo explique y probar que el origen estuvo en no aplicar el modelo preventivo de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
organización cuyas condiciones de trabajo han sido supuestamente las causantes de la afectación a la salud del trabajador. Cuando se conoce que algún trabajador ha recibido la baja laboral por un diagnostico de mobbing realizado por su medico de atención primaria, se siente el mismo desconcierto que cuando un psicólogo pretende tratar al trabajador de mobbing con alguna técnica psicoanalítica.
Confundir la causa y las consecuencias, el trabajador enfermo y las organizaciones que los enferman es explicable desde la popularidad de los términos y la forma de abordarlo por cualquiera es omitiendo la necesaria relación que caracteriza la prevención, la que existe entre el factor de riesgo, el riesgo y consecuencias. La interrelación, la explicación y las propuestas correctiva han de realizarlas los expertos en Ergonomía porque ellos son los técnicos competentes para mostrarlo en la sala judicial.
Las lesiones musculoesqueléticas constituyen otros riesgos ergonómicos clásicos, susceptibles por lo tanto de ser evaluados y demostrados lo daños mediante un dictamen ergonómico. Los microtraumatismos repetitivos o desordenes traumáticos acumulativos son lesiones por esfuerzos o movimientos continuados que afectan a las partes blandas (tendones, nervios, bolsas sinoviales, etc.) de las articulaciones. También las posturas forzadas en tronco y articulaciones determinadas por la tarea o por un deficiente diseño del espacio de trabajo pueden acarrear situaciones de riesgo biomecánico y circulatorio así como lesiones por sobrecarga.
Este tipo de lesiones pueden prevenirse desde la Ergonomía actuando de forma integral sobre todos los factores de riesgo de las condiciones de trabajo: mejorando el diseño de las herramientas, puestos de trabajo, tareas, etc. Los fabricantes de equipos de trabajo que no han sido diseñados desde las exigencias de las normas técnicas (normas UNE-EN-ISO) deben saber que además de facilitar el incumplimiento de los contenidos de las normas legales, están expuestos a reclamaciones por los daños que el uso pueda generar entre los operadores.
Los informes ergonómicos periciales sobre el diseño de los productos (herramientas manuales, programas informáticos, etc.) permiten mostrar como, si los fabricantes no elaboran los productos siguiendo las normas ergonómicas o como si los empresarios adquieren esos productos desconociendo las implicaciones de las normas legales han de cargar con la responsabilidad de asumir que tal producto ha ocasionado una lesión al trabajador o al usuario.
El perito ergónomo tiene un papel clave al analizar la situación generada por cualquiera que adquiere un producto que por su uso ocasiona daños. Bajo tratamiento médico, el operador se pone en contacta con un abogado quien a su vez solicita un ergónomo ( directamente al consultor o a la asociación profesional de ergónomos) para formularle dos cuestiones: si el producto es razonablemente peligroso y si lo es, si ha sido la exposición la causa del accidente o ha contribuido a la gravedad del daño.
En caso afirmativo se puede iniciar un proceso contra el fabricante, siendo el informe y el testimonio del ergónomo necesario para ayudar al juez a responder a estas cuestiones. A través del informe ergonómico pericial, el demandante intentará establecer que el producto fue diseñado de manera inadecuada o fabricado defectuosamente, generando de esta manera condiciones peligrosas inaceptables.
La defensa, a la inversa, también puede emplear un perito ergónomo para mantener que el producto es seguro, y que el daño fue causado por negligencia del individúo lesionado, intentando demostrar y convencer que el fabricante no es responsable por el daño causado.
Públicos o privados, los empleos del sector servicios constituyen los primeros en cuanto a crecimiento y hablar de economía de servicios, profesiones de servicios y relaciones de servicio es actualmente habitual. Esta actualidad se corresponde con una evolución de las expectativas de clientes, pacientes, usuarios, consumidores,…en términos de satisfacción global de sus necesidades.
La experiencia del ergónomo en la terciarización del sector industrial, le ha ido preparando para abordar la problemática de las relaciones de servicio, ya sea a nivel individual o de grupo. Los determinantes de la calidad del servicio, elemento fundamental para garantizar la salud de la organización, no pueden ser tratados independientemente del contexto y los medios técnicos y humanos disponibles. La calidad de las relaciones o del trato entre clientes no debe confundirse con la calidad de la prestación de un servicio; el análisis de esta relación comprende la consideración de elementos como: el ambiente físico, aspectos organizativos, temporales, etc,
Las nuevas tecnologías puestas a disposición de los ciudadanos no deben ser un obstáculo para ellos, ni para el trabajador (funcionario, camarero, medico,…) que las emplee en esa relación. La consecuencia de la introducción masiva de nuevas tecnologías, representado por menos trabajadores y más trabajo ante el ordenador, tiene grandes riesgos (incremento del desempleo, del ritmo del trabajo,...) poca minimización (empleo para informáticos) y necesita mas allá de lo referido al trabajo con sus herramientas: pantallas y teclados, negociar su implantación pero también que la formación e información sobre sus efectos sea suficiente y adecuada a fin de que sea personal y socialmente aceptado sin temores o sospechas infundadas, para que a los incrementos perceptivos-cognitivos de la carga de trabajo no se añada un complemento de temor.
Las soluciones que aporta la ergonomía física y que están dirigidas al diseño de puestos de trabajo, diseño de ambientes de trabajo, ó a la mejora de los programas que se utilizan en los ordenadores entre otras, sin dudas que representan avances y mejoras notables, pero muchas veces sólo alcanzan una efectividad a pequeña escala, sin conseguir mejorar la actuación de los sistemas organizacionales, que es lo exigible en el mundo actual tan competitivo. La economía de la producción es cada vez mas una economía de servicios; cuando compramos un producto, por ejemplo una televisión, compramos de hecho un servicio, porque lo que distingue cada vez mas a los productos es el servicio que conllevan.
Desde las asociaciones profesionales de ergónomos, debemos ser imaginativos y paradójicamente adaptar nuestros argumentos a una realidad social y laboral que desconoce o desubica los beneficios que tiene la aplicación de nuestra disciplina. Su potencialidad supera el ámbito preventivo e ignorarla genera: graves problemas para operadores, usuarios y clientes, el incremento de las enfermedades profesionales por lesiones musculoesqueléticas, la denegación de la incapacidad laboral de un trabajador por no analizarse la actividad real de trabajo, inadaptación por el envejecimiento de la población con el obligado uso de nuevas tecnologías, etc. Problemas que no se resuelven con sillas ergonómicas ni con equipos informáticos sofisticados, reconocer que abordar el absentismo no es fijarse en los índices numéricos e incrementar el presentismo, sino sobrecarga de trabajo para los presentes,..... un conjunto de realidades cotidianas que remiten a la necesidad conducir y hacer operativa una participación mas activa del recurso humano, como operador, trabajador, cliente, usuario y ciudadanos.
La creciente inclusión de la asignatura de Ergonomía en los planes de estudios universitarios deberá ir acompañado de investigaciones científicas y aplicadas en cualquiera de las disciplinas que la conforman. La implantación de carreras universitarias en prevención de riesgos laborales puede contribuir a avanzar en el objetivo de una licenciatura en Ergonomía que debe ser impulsada por los académicos y los profesionales fortaleciendo los encuentros que para el futuro desarrollo de una Ergonomía global debe producirse con mayor frecuencia.
Desde la practica profesional debemos explorar nuevos campos de aplicación y de servicio, ampliando la formación y competencia de los ergónomos para seguir mostrando la utilidad de esta disciplina.